Daniel Gosorito Pérez

Encuentro con Gorosito…

Daniel Gorosito Pérez

LA EXPRESIÓN DEL 2022 ES: “INTELIGENCIA ARTIFICIAL”

La denominada Fundación del Español Urgente (FundéuRAE), promovida por la Real Academia Española (RAE) y la Agencia de Noticias española EFE, otorgó el título de palabra del año 2022 a la expresión compleja inteligencia artificial.

Se informó de la elección que, “esta construcción está definida en el diccionario académico como “disciplina científica que se encarga de crear programas informáticos que ejecutan operaciones comparables a las que realiza la mente humana, como el aprendizaje o el razonamiento lógico”.

Recordemos que este concepto se incorporó al diccionario de la Real Academia Española en su edición del año 1992, y pasadas dos décadas la FundéuRAE la ha seleccionado por su importante presencia en los medios de comunicación durante el transcurso del año 2022, así como en el debate social, debido a los diversos avances desarrollados en este ámbito y las consecuencias éticas derivadas.

Esta es la décima ocasión en la que dicha Fundación escoge su palabra del año. En años pasados las seleccionadas como palabras del año fueron: escrache (2013), selfi (2014), refugiado (2015), populismo (2016), aporofobia (2017), microplástico (2018), emojis (2019), confinamiento (2020), y vacuna (2021).

El comunicado de FundéuRAE que dio a conocer la información, también destaca que “el análisis de datos, la ciberseguridad, las finanzas o la lingüística son algunas de las áreas que se benefician de la inteligencia artificial”.

“Este concepto ha pasado de ser una tecnología reservada a los especialistas a acompañar a la ciudadanía en su vida cotidiana: en forma de asistente virtual (como los que incorporan los teléfonos inteligentes), de aplicaciones que pueden crear ilustraciones a través de otras previas o de chats que son capaces de mantener una conversación casi al mismo nivel que una persona”.

También, debemos tomar en cuenta que la expresión “inteligencia artificial” ha estado muy presente debido a las implicaciones éticas que supone el desarrollo de la inteligencia de las máquinas. Las dudas sobre hasta qué punto el trabajo que es capaz de realizar esta tecnología supondrá la sustitución de ciertos profesionales ha sido uno de los grandes debates del pasado año 2022, más que nada en el ámbito académico.

Con referencia al aspecto lingüístico la FundéauRAE ha seleccionado esta construcción como su palabra del año por las dudas que ha generado su escritura. La expresión inteligencia artificial es una denominación común y, por lo tanto, lo adecuado es escribirla enteramente con minúsculas. Es también habitual el uso de la sigla IA, que sí se escribe con mayúscula, y que es preferible a la inglesa AI (correspondiente a Artificial Intelligence).

Igualmente uno de los desafíos que implica la inteligencia artificial es enseñar a las máquinas como emplear adecuadamente el español, a fin de conservar la unidad del idioma que comparten más de 500 millones de personas: A raíz de esto es que nace con ese objetivo el proyecto Lengua Española e Inteligencia Artificial (LEIA), de la Real Academia Española (RAE)”.

La expresión ganadora del 2022, inteligencia artificial, fue escogida entre 12 candidatas, algunas de ellas relacionadas con la tecnología o las consecuencias derivadas del conflicto bélico en Ucrania: criptomoneda, diversidad, ecocidio, gasoducto, gigafactoría, gripalizar, inflación, inteligencia artificial, sexdopaje, topar y ucraniano.

Hace unos meses, en la Universidad Hebrea de Jerusalén, se llevó a cabo el Congreso Internacional denominado “Lo que nos hace humanos: de los genes a las máquinas”. La conferencia magistral de cierre estuvo a cargo del filósofo e historiador israelí Noah Harari, autor de los “best sellers”: “Sapiens breve historia de la humanidad” y “Homo Deus: breve historia del mañana”.

En su disertación, Harari sostuvo que ninguna profesión estará absolutamente a salvo de la automatización. Incluso es posible que las carreras que necesitan una dosis importante de inteligencia emocional, como docentes, abogados y médicos podrían ser superadas por los robots, al menos en teoría. Eso es porque la inteligencia artificial, tendrá la capacidad de reconocer e imitar los patrones bioquímicos de las emociones humanas.

Para el profesor de la Universidad Hebrea, si la inteligencia artificial podría hacer que los robots fueran lo suficientemente inteligentes para ser poetas aún les faltaría algo esencial: la conciencia, un elemento clave que los mamíferos usan junto con la inteligencia para la resolución de problemas. “Hasta ahora ha habido cero desarrollo en la conciencia de la computadora”.

Y de ahí surge la poesía, al decir del escritor Juan Pablo Carrillo Hernández: “Si la conciencia es una ilusión, quizá la poesía es la mejor forma de descubrirla”. Tengamos presente también al poeta sevillano Gustavo Adolfo Bécquer en su Rima IV, cuando nos dice:

          “Mientras la ciencia a descubrir no alcance las fuentes de la vida…”
          “Mientras la humanidad siempre avanzado no sepa a do camina…”

Esa ciencia que descubre y avanza, que construyó robots y los dotó de inteligencia artificial, parece ser que no entendió que siempre habrá poetas y por ende siempre habrá poesía. Indudablemente los robots nunca podrán sentir lo que siente un poeta al escribir su “Primera línea”; a continuación lo plasmo en el siguiente poema de mi autoría:

PRIMERA LÍNEA
Mientras trato de escribir
mastico un poco de sol.

Las hojas sueltas
y pálidas me rodean.

Pasan poco a poco los minutos
y expulso la primera línea de un poema.

Escritura escarpada, ambigua e infinita
que plasma historias
de pesimismo maldito
y soledades humanas.

Las que conducen a una batalla
de final incierto
¿humanos o máquinas?
¿robots o poetas?

¡Hasta el próximo encuentro…!
Dr.(c). Washington Daniel Gorosito Pérez
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