Santiago Aguaded Landero

Poemas ibéricos

Santiago Aguaded Landero

Poemas ibéricos (2) ANTONIO ORIHUELA

Antonio Orihuela (Moguer, Huelva 1965). Poeta, profesor, doctor en Historia por la Universidad de Sevilla, arqueólogo del presente. Viene elaborando desde comienzos de los noventa un discurso crítico sobre la vida dañada y las resistencias en la sociedad tardocapitalista. Su poesía se caracteriza por su sencillez y lirismo de manera que llega al lector a pesar (o a favor) de su posición política evidente. Desde 1999, coordina los encuentros «Voces del extremo», extendidos por España y Francia, foro de la llamada poesía de la conciencia. Cuenta con una extensa obra, con más de sesenta libros publicados, entre poesía y narrativa experimental. Antonio envia dos poemas sobre dos ciudades portuguesas:

COIMBRA

El único lugar de Portugal donde aún suena
Grândola, Vila Morena
es en Beco da Carqueja.

Hace cuarenta y cinco años de aquel 25 de abril,
suficientes para que el fascismo
se haya comido todos los claveles.

COIMBRA

O único lugar em Portugal onde ainda soa
Grândola, Vila Morena
fica no Beco da Carqueja.

Há quarenta e cinco anos desse 25 de abril,
o suficiente para o fascismo
ter comido todos os cravos.

Tradução: SAL
Segundo o autor, este poema foi escrito quando descobriu, na rua citada, um azulejo dedicado a José Afonso (Zeca) ... onde viveu e compôs a famosa canção, o que significava e a situação atual em Portugal. Este poema foi escrito em 25 de abril de 2019, aniversário da revolução dos cravos.


OPORTO

Creo que fuimos felices allí.

Corazones de papel volaban por el azul
y oscuras golondrinas nos dijeron que volvían,
después de sesenta años,
sus cuerpos de cerámica vidriada
en las paredes de la taberna Aduela a colgar.

Creo que fuimos felices allí,
donde la vida repite en círculos, una y otra vez
los rostros de los jóvenes que somos
y no somos nosotros,
como esas piedritas blancas
bajo el olivo de la plaza
que están allí sabiendo que no es ese su lugar
aunque sí su blancura, o esas personas
que andan por las fachadas de Via Catarina
para recordarnos la escasa distancia que hay
entre la realidad y los sueños.

Cuánta confianza había en los años treinta
en este Portugal futurista de gasolineras y garajes
que aún vivía en la rua de Cimo Vila
y se reflejaba mucho más real
en los azulejos del hospital de la Caridad.

Bajamos por Chá hasta una cabina roja
desde la que me llamaste.

Siempre me estás llamando.
Un día, cuando no pueda más
o un día que lo pueda todo,
prometo descolgar ese teléfono,
abrir un vano en la ventana tapiada de Terreiro da Sé,
porque la pasión siempre se encuentra
a la vuelta de la esquina,
en un barco camino de Southampton
o en una flor amarilla de los tiempos
de los amores amarillos.

Creo que fuimos felices allí,
donde los Armazéns Cunhas coronan
tu foto con un pavo real
y el puente de Luis I se llena de turistas
para despedir el sol en su baile último
mientras tú pintas con tus ojos
la noche estrellada de la ribeira de Gaia.

Hay una cabina roja en Largo de Mompilher,
dentro, un mendigo acaricia su última moneda.

Amor, soy yo.

PORTO

Confesso quanto ali fôramos felizes.

Pelo azul voavam corações de papel
enquanto assombradas andorinhas nos diziam que estavam de volta
corações de papel esvoaçavam no azul,
seis décadas depois,
suas formazinhas de cerâmica vidrada
figuravam nas paredes da taberna Aduela.

Confesso que fôramos felizes lá
onde a vida uma vez, outra vez em círculos se repete
os jovens rostos que somos
não sendo nós,
composição de pedras brancas
sob a oliveira da praça
sabendo que aí estando não é esse o seu lugar
apesar da brancura, tal como os transeuntes
que deambulam pelas montras de Santa Catarina
recordando-nos quão pouca distância vai
da realidade aos sonhos.

Quanto se confiava nos anos trinta
nesse Portugal futurista de gasolineiras e garagens
que proliferava pelo Cimo de Vila
e muito mais dava nas vistas na azulejaria do Hospital da Caridade.

"Bajamos por Chá" até à vermelha cabine
donde me contactaste.

Não paras de me ligar.
Um dia, quando não puder aguentar mais
ou num dia em que tudo possa suportar
prometo atender esse telefone,
abrir um rombo na janela lavrada do Terreiro da Sé,
porque a paixão está sempre
ao dobrar da esquina, num barco rumo a Southampton
ou nessa flor amarela do tempo
dos amores desvanecidos.

Confesso quanto éramos felizes lá
onde os Armazéns Cunhas ornamentam
teu semblante com um pavão
e a Ponte D. Luís I se amotina de turistas
despedindo-se do sol em seu último bailado,
enquanto iluminas com teus olhos
a noite cintilante da Ribeira de Gaia.

Numa cabine vermelha do Largo Mompilher
um mendigo afaga sua última moeda.

Meu amor, sou eu.

Traduzido por VAV e SAL, maio 2021
Este poema é um passeio pela cidade, filtrado pelas minhas reflexões sobre a minha história pessoal e a história da cidade... (António Orihuela)
Blog do autor: VOCES DEL EXTREMO

l>l>>